a la una.. a las dos.. a las tres...

i
Yo era menor que todos en el 1er año de escuela (educaciòn primaria), me intimidaban y yo los veia enormes (debo reconocer que nunca he sido muy alta).
La escuela era muy grande, canchas de basquet, fut, pista de atletismo, gimnasio, pasillos largos, una capilla, muchos arboles, biblioteca, vitrales enormes, en pocas palabras, una escuela burguesa.
La onda es que la escuela me aterraba, veia todo tan grande y tan lejos. En el recreo (como de 40 minutos o mas) salia al patio con todo y mochila, creo que dentro de mi chaqueta mental la escuela parecia una ciudad aunque nunca vi los semaforos, pero era suficiente con todos los edificios (secundaria..prepa..direcciòn.. servicios escolares,etc,etc) para creer que habia bancos, super mercados y todo lo que las ciudades tienen.
Descubrì que no era ciudad por ahi del tercer año.

ii

En 3er año de primaria me convertì un poco en "delincuente".
Por temor a que me descubrieran un reporte de conducta (gravisima falta en un colegio catòlico) nunca les dije a mis papas que estaban por correrme de la primaria burguesa.
Aprovechè que mis padres se daban un riego para calcar (literalmente) la firma perfectamente lineal y asimètrica de mi mamà. Lamentablemente no era tan hàbil en dicha actividad y usè un papel calca azul (si..azul, a quien se le ocurre!!).
Segun mi vision delictiva la firma era idèntica (pero en azul) y creì que nadie lo notaria, sobre todo si usaba mi voz infantil y tràgica y echaba uno que otro choro sobre el regaño que me habian metido mis papas.
Cinicamente lo entreguè en la coordinaciòn con un tipo bigotòn y flaco que era algo asi como el prefecto (o el gato del prefecto, porque el prefecto recuerdo que era como un nazi), pasaron algunos dias y no hubo consecuencias por lo que creì que la misiòn habia sido exitosa.
No se cuantos dias pasaron pero en un recreo (ya sin mochila) me vocearon en el patio de la primaria (yo me paseaba mucho donde las nieves del Ruso y los juegos con canicas) y al escuchar mi nombre sabia que era algo malo pues yo no era precisamente popular en dicha escuela.
Efectivamente, mi abuelo y mi madre, con la misma cara de enojo de toda la vida me esperaban junto a la maestra paliducha y caderona de apellido Quiterio. Vino el regaño de la maestra que si bien no me doliò pero me hizo sentir pena por aquellos que compartian mi apellido y que siempre han sido muy honestos.
Mi mamà no me regañò en la escuela, mi abuelo dijo que era una niña y que ya habia aprendido a diferenciar las cosas buenas de las malas. Cuando lleguè a la casa mi mamà me sentò en el comedor que aun tenemos y me hizo sacar todas mis libretas y libros, reviso junto con mi papà hoja por hoja, reportes, uno que otro 6 y muchas hojas con dibujitos junto con un buen regaño y el unico golpe que mi papà me ha dado fueron lo mejor de la tarde.
Creo que aprendì mucho de eso, segui con la falsificaciòn pero nunca mas con papel azul, mejore mis trazos y empecè a dibujar mas que antes.


iii

Se llamaba Pilar Orea, ¿quien no la recuerda?
Yo siento que nunca dejè de verla, piel morena ojos verdes, dientes grandes, zapatos de goma, uniforme negro, coleta hacia atràs...
¿quien la olvidò?
Yo siento que nunca la olvidè, cuando supe que habìa muerto me di cuenta que la escuela no era una ciudad, que ella habia chocado fuera de "nuestra ciudad" y que nunca regresaria.
Se acabò la ciudad con Pilar.

iv

Me cagaban los viernes de la escuela burguesa, nos sacaban uno por uno a confesar para luego ir a la misa.
Yo a esa edad no habia hecho nada "pacaminoso" asi que siempre decia lo mismo
" engañè a mis papas y vi mucha televisiòn "
jaja con un padre nuestro estaba todo chingòn con el de arriba, segun el criterio del padrecito, que parecia un tanto gay y sus zapatos eran como de payaso.
En la misa casi nunca me dormia, leian dos tres evangelios y los actuaban con los compañeritos, era como un teatrito biblico modernista estilo "desde gayola".
Habia "chuchitos" morenos, "virgenes" poquito y uno que otro "juditas" de apellido Yitani.